Realiza estudios de filosofía en Santiago de Compostela. Su actividad artística, desarrollada a partir de los años ochenta, no puede ser fácilmente integrada en ninguna de las tendencias que han caracterizado el arte español de estas últimas décadas. Barbi trabaja en unas claves conceptuales y formales de aproximación a la fragilidad de los límites entre el crear y el conocer, adecuando con destilada concisión la forma y el contenido, los materiales y las ideas. A pesar de la diversidad técnica con que elabora su trabajo, hay elementos que se repiten constantemente en sus obras y que unifican su larga trayectoria, como el paso del tiempo, el azar, el humor o los juegos de sentido del lenguaje. Sus obras no persiguen una voluntad de estilo, ni muestran interés por evidenciar la marca de autor, sino que tratan, simplemente, de evitar toda visión predeterminada y adoptar la forma adecuada en cada momento y en cada lugar. Así, sus obras pueden resolverse en soportes tan dispares como un objeto, una fotografía digital, un dibujo a tinta, una instalación o una intervención en el espacio público, aunque siempre adaptándose magistralmente a la circunstancia.
En los primeros años de los noventa emprende nuevas líneas de trabajo que traen al centro de su obra una reflexión sobre el objeto artístico en la que la paradoja aparece como el vehículo expresivo más destacado. Ejemplo de ello son Casa de juegos (1997), intervención realizada en el CGAC, donde creaba un escenario de simulaciones en el que se altera el entramado de relaciones que opera entre espectador, obra y espacio expositivo; El muro de Planck (1993), en la capilla del Museo Patio Herreriano, en el que reflexiona sobre las ideas de origen y límite; o la intervención en 2006 en el centro de Santiago situando un alminar de 16m. que confronta las torres de la Catedral cristiana con la de una mezquita islámica. Destacan múltiples series fotográficas como “El Final Aquí”, sesenta imágenes de sesenta lugares de fusilamiento en la guerra civil española. ABANCA Colección de Arte cuenta con una instalación suya, en la que el artista, forrando de plástico unas varas de acacia, traslada nuestro pensamiento al agro gallego.